Las dos naciones nucleares tienen una larga historia de desconfianza y hostilidad, y la interdependencia económica ya no puede restringirlas. Cuando el mundo desvió la atención en otros lugares, China e India, dos de las naciones más pobladas del mundo con armas nucleares, se involucraron en su disputa fronteriza más polémica en cinco décadas. Los ejércitos de ambas naciones se enfrentaron en la región del valle de Galwan, en el este de Ladakh. India afirmó que durante esta disputa, al menos 20 de sus soldados fueron asesinados y más resultaron heridos. También reveló que China sufrió entre 35 y 40 víctimas, aunque Beijing se negó a confirmarlo. Los dos vecinos asiáticos comparten una larga frontera de más de 2,000 millas. Históricamente, han tenido múltiples disputas fronterizas. Una guerra fronteriza tuvo lugar en 1962, después de que China construyó una carretera a través de la región de Aksai Chin para conectar directamente sus dos regiones occidentales: Xinjiang y Tibet. China afirmó que ganó la guerra de 1962, pero India dijo que la guerra resultó en un punto muerto que dejó muchos problemas fronterizos sin resolver. Después de décadas de negociación desde entonces, las dos naciones llegaron a aceptar una Línea de Control Actual (ALC) como su frontera de facto. ALC es la demarcación que separa el territorio controlado por los indios del territorio controlado por los chinos. No resolvió la disputa fronteriza por completo, pero estableció un mecanismo con el que ambas naciones podrían trabajar. A medida que las dos naciones comenzaron su propio camino hacia la modernización y el desarrollo económico, ambas partes decidieron dejar a un lado la disputa fronteriza y centrarse en fortalecer sus lazos económicos a través del comercio y la inversión. Este enfoque ha ayudado a mantener una frontera relativamente pacífica durante décadas, hasta que el secretario del Partido Comunista de China (PCCh), Xi Jinping, llegó al poder. Xi es probablemente el líder más ambicioso del PCCh desde el reinado del presidente Mao. Xi es hostil al orden mundial liberal que ha garantizado la paz y la prosperidad para la mayor parte del mundo después de la Segunda Guerra Mundial, incluida China, que se ha beneficiado enormemente de la estabilidad global. El objetivo de Xi es establecer un nuevo orden mundial centrado en China y puramente derivado del sistema de valores del PCCh. En 2013, Xi lanzó una importante iniciativa de política exterior llamada "One Belt and One Road" (OBOR). La iniciativa consiste en construir proyectos de infraestructura en todos los continentes y expandir la influencia económica y geopolítica de China. Xi consideró la iniciativa OBOR "el proyecto del siglo". Al menos 157 naciones y organizaciones internacionales se han inscrito para formar parte de ella. By HELEN RALEIGH
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